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La técnica del clorotipo se desarrolla gracias a la clorofila de las plantas y Su capacidad de absorción de la luz.
La clorofila de las hojas de plantas y/o árboles, hacen de su piel una materia fotosensible, ideal para llevar a cabo la transferencia de una imagen, muy similar a las técnicas pioneras en la historia de la fotografía, como el ya mencionado Daguerrotipo, el Cianotipo o las Heliografías.
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Los clorotipos son el más claro ejemplo de nuestra maravillosa similitud entre las plantas y el ser humano.
Son, más que una técnica de creación: el modelo perfecto de reproducción.
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